miércoles, 16 de diciembre de 2020

El Poder

 



Dice Moisés Naím en su libro “El fin del poder” (2013): “La esencia de la política es el poder; la esencia del poder es la política. Y desde la antigüedad, el camino tradicional hacia el poder ha sido la dedicación a la política. En realidad, el poder es a los políticos lo que la luz del sol a las plantas: tienden naturalmente a buscarlo.

Lo que hacen los políticos con el poder varía; pero la aspiración a poseerlo es el rasgo fundamental que tienen en común. Como dijo Max Weber hace casi un siglo: < el que se dedica a la política lucha por el poder, bien como medio para lograr otros fines, ideales o egoístas, o bien para alcanzar el “poder por el poder”, es decir para disfrutar del sentimiento de prestigio que el poder confiere>.

Pero ese sentimiento de prestigio es una emoción frágil. Y en estos tiempos, es cada vez más efímero.”


Creo que Naím tiene mucha razón, un político busca interiormente el poder, aunque externamente lo presente con aplicación de trabajo y esfuerzo para  mejorar la sociedad en la que vivimos. Si no fuese así, no habría ese enconamiento permanente entre los partidos políticos, cuyo fundamento es descalificar globalmente al oponente de modo, que abra el camino o lo cierre, para alcanzar el poder.


La opinión de los  ciudadanos está siendo cada vez menos relevante. Aunque somos quienes con nuestra decisión en el voto acabamos eligiendo nuestros representantes. Pero tenemos memoria frágil y no hemos encontrado caminos robustos para exigir el cumplimiento de las “promesas” recogidas y divulgadas en las campañas electorales. Nos vemos atrapados en prácticas parlamentarias, cada vez más alejadas de lo “mollar” y más centradas en cuestiones no relevantes para el asunto debatido, que no facilitan despejar la mejor solución común para todos.


De este modo, quien acaba logrando el poder, tiene una firme tendencia de permanecer en él, cuanto más tiempo mejor, tomando las decisiones que más le ayuden a continuar. Pero al mismo tiempo, quienes están en la oposición tienen el firme deseo de desalojarlos y para ello adoptan una posición extremadamente crítica, en la creencia de que deben transmitir a los ciudadanos-votantes la sensación, de que se gobierna muy mal y con ello acrecentar las posiciones de éxito, para las próximas elecciones.


En esta situación cabe recordar lo que dice Naím: “Vivimos una época en la que, por paradójico que parezca, conocemos y comprendemos los problemas mejor que nunca, pero parecemos incapaces de afrontarlos de manera decisiva y eficaz”. Tal vez haga falta que nos escuchemos más unos a otros… 


2 comentarios:

impersonem dijo...

Estoy de acuerdo con lo que argumentas en tu texto, pero el enfrentamiento de las diferentes tendencias políticas no es más que el trampantojo creado y mantenido por los que verdaderamente mandan, que no son los políticos.... La política no es más que un teatro de guiñoles manejados por "alargadas sombras"...

Felices fiestas. Te deseo lo mejor de lo mejor a ti y a los tuyos.

Abrazo

seriecito dijo...

Impersonem, notaba tu falta desde hace unos días.
Gracias por tu comentario.
Lo subscribo.
También mis mejores deseos para ti y los tuyos. Que 2021 sea excelente.
Salu2:

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