jueves, 25 de abril de 2013

Irresponsabilidad burocrática.




Dice Fernando Savater en su libro Política para amador”(1992): “El estilo de irresponsabilidad burocrática se caracteriza porque casi nunca nadie “dimite” pase lo que pase: ni por la corrupción política, ni por la incompetencia ministerial, ni por los errores de bulto que deben pagar los ciudadanos de su bolsillo, ni por la patente ineficacia en atajar los males que habían prometido resolver…Toda denuncia de abusos, por fundada que esté, se presenta como formando parte de una maliciosa campaña de los adversarios políticos; en cuanto a la indignación de los ciudadanos de a pie, expresada a través de los medios de comunicación, se aplica el viejo principio de “ladrad, ladrad, que ya os cansaréis…”. Este modelo de irresponsabilidad gubernativa tiene su complemento en la de quienes consideran que ellos no tienen que responder de nada porque es el gobierno el que debe resolverlo todo.

El debate electoral, tal como está estructurado, empuja a los partidos políticos a emplear técnicas poco ortodoxas. Lo principal no es resaltar las propuestas y evidenciar las mejoras que proponen, muy al contrario, lo relevante es descalificar al contrario con argumentos cargados de imprecisión, de modo implacable y poco riguroso.

La verdad pierde su contenido y se transforma en un conjunto de palabras bien sonantes, exentas de compromiso y repletas de ambigüedades. No importa incluso, que las propuestas estén carentes de sentido o fundamentadas en argumentos simplistas. Lo relevante es ganar votos, “encantar” y conseguir, que la voluntad de las urnas les otorgue la mayoría, aunque los planteamientos hayan sido espurios.  Vencer es la meta e importa poco como se consigue. Decir verdades a medias a los votantes, cuando no inexactitudes, no tiene importancia; porque en el juego político, una vez instalado en el poder, hay muy pocos mecanismos en manos de los ciudadanos para removerlos.

Las promesas incumplidas no pasan ninguna factura, son como agua que lleva un río, desaparecen y cambian continuamente. El votante, aun sorprendido por la villanía del engaño, no tiene cauces para canalizar su descontento y relevar de sus “sillones” a quienes con propuestas grandilocuentes le sorprendieron en su buena voluntad.

La historia reciente, esta preñada de evidencias, que señalan la falta de rigor en quienes se postulan para dirigir la vida política de cada legislatura. Es como un juego de despropósitos, que lo gana quien mas “osado” ha sido en sus planteamientos atractivos, pero alejados de toda posibilidad de éxito. Lo peor de todo, es que quienes hacen estos planteamientos, ya conocen que no serán realizables, argumenten lo que argumenten con posterioridad. Son irresponsables, al menos burocráticamente.

Como dice Spinoza en libro “Tratado teológico-político”: “De los fundamentos del Estado se deduce evidentemente que su fin último no es dominar a los hombres ni acallarlos por miedo o sujetarlos al derecho de otro, sino por el contrario liberar del miedo a cada uno para que, en tanto que sea posible, viva con seguridad, esto es, para que conserve el derecho natural que tiene la existencia, sin daño propio  ni ajeno”.

6 comentarios:

Mercedes Pajarón dijo...

No cambiaría ni una sola coma de tu entrada. Estoy totalmente de acuerdo con todo. El problema que veo es que no hay manera de acabar con todas esta malas prácticas...Hace tiempo que me he rendido a una triste evidencia: hagamos lo que hagamos, tanto si nos quejamos, protestamos, votamos, como si dejamos de hacerlo... estamos maniatados por el sistema. No hay forma de vencerle.
Venga, no nos pongamos muy pesimistas, que es sábado...Buen fin de semana.

seriecito dijo...

Gracias Mercedes por tu comentario.

Francamente me he recogido en el silencio unos días, porque los acontecimientos diarios me sobrepasaban.

No daba crédito a lo que sucedía y por tanto lo que hubiera escrito habrá resultado precipitado e impreciso.

Como tu, al final he dejado el pesimismo a un lado y he pensado que al menos cuando uno se expresa descansa y por ello he retomado el "teclado".

Buen fin de semana...

flori zubiaga dijo...

Los acontecimientos diarios nos sobrepasan a casi todos pero yo trato de no dejarme calar por dentro de esta miseria que llena periódicos y que cada día nos desgrana nuevas mentiras. Escapar será cobarde, pero dudo que merezca la pena debilitarnos contemplando el desmoronamiento de esta farsa. Te dejo dos fragmentos de la película "LAS UVAS DE LA IRA",

«Siempre me pareció extraño que las cosas que admiramos en los hombres, la bondad y la generosidad, la franqueza, la honestidad, la comprensión y el sentimiento acompañan al fracaso en nuestro sistema. Y esos rasgos que detestamos, deshonestidad, codicia, ambición, mezquindad, egoísmo, interés personal, son los rasgos del éxito. Y mientras los hombres admiran la calidad de las primeras, les gusta el producto de la segunda».
«… en los ojos de la gente se refleja el fracaso; y en los ojos de los hambrientos hay una ira creciente. En las almas de las personas las uvas de la ira se están llenando y se vuelven pesadas, cogiendo peso, listas para la vendimia»
Tanto el libro de J. Stainbeck, como la película de J. Ford nos recuerdan que tanto la grandeza humana como la ruindad y la codicia están dentro de nosotros y de nuestra sociedad. Nosotros decidimos a cual de las dos darle oxigeno.
Un cálido saludo y espero tu próximo post.
Flori.

seriecito dijo...

Flori:
Gracias por tu comentario.
No creo que escapar sea de cobardes cuando está en juego el propio equilibrio personal.
Comparto plenamente los fragmentos de "Las uvas de la ira" que has dejado.
Gracias por animarme a seguir con los posts.
Salu2:

Mercedes Pajarón dijo...

Espero que estés bien, y deseo que tarde o temprano vuelvas a estimularnos con las entradas de tu blog.

Un saludo y buen fin de semana.

seriecito dijo...

Mercedes:

Muchas gracias, estoy perfectamente.

Falta de tiempo y pereza, pero desde luego no lo he abandonado.

Muchas gracias por tu "empujón"...

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