Dice Karl Marx en su escrito “Observaciones sobre la reglamentación de la censura prusiana”(1842): “… admiráis la encantadora variedad, la riqueza inagotable de la naturaleza. No pedís que la rosa tenga el perfume de la violeta; pero, según vosotros, el espíritu lo mas rico que hay en el mundo, no debe existir sino de una sola manera. Soy un humorista; mas la ley me ordena que escriba seriamente. Soy osado; pero la ley me ordena que mi estilo sea modesto. ¡El gris!. He aquí el único color que uno es libre de emplear. La menor gota de rocío sobre la que cae un rayo de sol brilla con un inagotable juego de colores; pero el sol del espíritu, cualquiera que sea el número y la naturaleza de los objetos en que se refleja, no podrá dar sino un solo color, el color oficial”.
Vaya… un solo color. Que monótono, por muy bello que este sea. Y que desperdicio, si además es obligado y/o forzado. Porque las monocromias, no las provocan solo las leyes impelidas por deseos de perpetuidad, no, éstas en el fondo acaban pasando, son mucho peor las que imponen unos usos sociales, caducos y trasnochados, pero limitantes y alienantes a la vez.
Quiere la sociedad actual que “la rosa tenga perfume de violeta”, como si con ello controlase mejor a sus miembros. Intenta, no tolerar, ninguna desviación o diversidad. Solo la ignorancia o la inseguridad, pueden promover “clones”. Querer perpetuar el estatus, a base de “uniformar” a las personas, que componen nuestro entorno, es como salir al campo a demandar silencio al trino de los pájaros, porque molestan a nuestra concentración. El silencio, no es la ausencia de sonidos y menos el silencio interior. Éste último, esta lleno de todo tipo de sones y cuando no los escuchamos, mal vamos.
No van por ahí lo “tiros”, no. Las personas desprovistas de su singularidad, son como muñecos de nieve con un sol incipiente. Una manifestación espontánea – como la de un niño – exenta de “pose” y desprovista de previsión y/o cálculo, vale más que una excelente interpretación después de un ensayo impuesto. Querer ser lo que no somos, para agradar a quienes parece que nos quieren, nos alejará de quienes verdaderamente nos aprecian, tal cual somos. Valemos mucho más, siendo personas que personajes, por muy relevante que sea el papel que nos hayan encomendado.
Perder la naturalidad, por agradar, es un error de base que nos traerá consecuencias no gratas. Domesticar nuestro pensamiento, a base de limitar la palabra, para que ésta, sea la más “adecuada” en nuestro entorno, es retroceder en el tiempo y cargarnos de insatisfacción. ¿Cómo nos ayudarán los demás cuando lo necesitamos?, si quienes ellos conocen, no es más que un extraño. Seamos y vivamos como somos.
Ser socialmente correcto no implica uniformarse. Una de las bases de la buena educación, es asumir sin menoscabo alguno a los demás tal cual son, que la diversidad enriquece y hacer progresar, que la opinión discrepante no es sinónimo de enemistad. Saber estar, no debería ser lo contrario de mostrarse con sinceridad. Sólo a los que no saben a donde se dirigen, no les importa el camino que siguen y la compañía que tienen.
Juntos sí, unidos también… pero déjenme ser como soy … “please”. No me hagan ser otro, porque nunca me conocerán y a lo mejor… se lo pierden.
Vaya… un solo color. Que monótono, por muy bello que este sea. Y que desperdicio, si además es obligado y/o forzado. Porque las monocromias, no las provocan solo las leyes impelidas por deseos de perpetuidad, no, éstas en el fondo acaban pasando, son mucho peor las que imponen unos usos sociales, caducos y trasnochados, pero limitantes y alienantes a la vez.
Quiere la sociedad actual que “la rosa tenga perfume de violeta”, como si con ello controlase mejor a sus miembros. Intenta, no tolerar, ninguna desviación o diversidad. Solo la ignorancia o la inseguridad, pueden promover “clones”. Querer perpetuar el estatus, a base de “uniformar” a las personas, que componen nuestro entorno, es como salir al campo a demandar silencio al trino de los pájaros, porque molestan a nuestra concentración. El silencio, no es la ausencia de sonidos y menos el silencio interior. Éste último, esta lleno de todo tipo de sones y cuando no los escuchamos, mal vamos.
No van por ahí lo “tiros”, no. Las personas desprovistas de su singularidad, son como muñecos de nieve con un sol incipiente. Una manifestación espontánea – como la de un niño – exenta de “pose” y desprovista de previsión y/o cálculo, vale más que una excelente interpretación después de un ensayo impuesto. Querer ser lo que no somos, para agradar a quienes parece que nos quieren, nos alejará de quienes verdaderamente nos aprecian, tal cual somos. Valemos mucho más, siendo personas que personajes, por muy relevante que sea el papel que nos hayan encomendado.
Perder la naturalidad, por agradar, es un error de base que nos traerá consecuencias no gratas. Domesticar nuestro pensamiento, a base de limitar la palabra, para que ésta, sea la más “adecuada” en nuestro entorno, es retroceder en el tiempo y cargarnos de insatisfacción. ¿Cómo nos ayudarán los demás cuando lo necesitamos?, si quienes ellos conocen, no es más que un extraño. Seamos y vivamos como somos.
Ser socialmente correcto no implica uniformarse. Una de las bases de la buena educación, es asumir sin menoscabo alguno a los demás tal cual son, que la diversidad enriquece y hacer progresar, que la opinión discrepante no es sinónimo de enemistad. Saber estar, no debería ser lo contrario de mostrarse con sinceridad. Sólo a los que no saben a donde se dirigen, no les importa el camino que siguen y la compañía que tienen.
Juntos sí, unidos también… pero déjenme ser como soy … “please”. No me hagan ser otro, porque nunca me conocerán y a lo mejor… se lo pierden.
18 comentarios:
Hola Luis. Un placer, leerte de nuevo!!!!
Hay gente que teme el paso de los años, hacerse mayor.
Pero yo le he encontrado muchas ventajas, que por supuesto, no sustituyen las de ser joven...son otras.
Y una de ellas es el permitirse la policromia.
Me explico:
Cuando uno es joven, vive un poco enconsertado por todo el entorno.
El trabajo, el entorno social, "el que dirán, pensarán", la "imagen".
Pero con los años, y una vez superadas muchas barreras sociales y psicológicas, empiezas a ser más auténtico.
Van cambiando los valores, los esquemas, los colores.
Dejamos los colores Serios, aburridos, monocordes y descubrimos que los colores vivos, alegres, espontáneos nos hacen más auténticos y felices.
Buena elección. Un besito
Totalmente de acuerdo con lo que postulas Seriecito...me gusta especialmente la afirmación de que "Valemos mucho más, siendo personas que personajes,...", así es...
Démosle a la vida, a las cosas y a nuestras propias manifestaciones el color y el estilo de nuestros pinceles...y que los exégetas y los críticos digan lo que quieran, pues digan lo que digan seremos nosotros los que firmamos el cuadro de nuestra propia vida...
Saludos.
Luna:
La parte singular es la que importa, bastante tiempo tenemos para ser plurales.
Me gusta lo de la policromía.
Salu2:
Impersonem:
Me gusta esa comparación pictórica.
si es verdad lo mejor es ser somo uno es y evitar acomodarse a ser como los demas quieren.
Me alegro de tu presencia.
Salu2:
He estado esta semana con mis nietas aqui en Madrid. Huelga decir, que una delicia...
A propósito de lo que comentas en el post.
He estado reflexionando, que antes, cuando nosotros éramos pequeños, nos enseñaban un patón stándar. Sin tener en cuenta, en absoluto, la personalidad de cada indivivuo. Porque "sólo éramos niños".
Y todo se tenía que hacer de una manera, además, porque sí.
Ahora no, la nueva psicología y pedagogía, dá un gran valor a lo individual.
Cada un somos únicos e irrepetibles.
Y creo que eso es lo que debemos procurar que no se nos olvide nunca, dá igul en donde nos movamos.
El mimetismo con el entorno, lo utilizan los animales, como protección de agresiones.
En nuestro caso, no hace falta, podemos y debemos, procurar vivir con nuestra piel, con nuestras ideas y nuestro "yo", sea del color que sea.
El arco-iris, tiene 7 colores y es bellísimo....
Un besito
Muy bien Luis.
"Querer ser lo que no somos, para agradar a quienes parece que nos quieren, nos alejará de quienes verdaderamente nos aprecian, tal cual somos".
Totalmente de acuerdo.
En lo que no estoy de acuerdo es en la frase
"Ser socialmente correcto no implica uniformarse".
Creo que si implica uniformidad de criterios, de actuación,de creencias, de proyectos, por lo tanto de ser del color oficial.
Unas veces sera rojo, otras azul y otras verde,segun la epoca y pais donde te muevas, pero al ser socialmente correcto es bastante limitado el abanico de colores.
Un beso
Hola Luís!
Me gusta la metáfora de la “policromía” de la capacidad creativa del hombre.
En realidad siempre se puede ejercer, aún en contextos de falta de libertad, como en la cárcel por ejemplo, o con límites de capacidad física a veces impensables.
Por ello considero que depende de factores absolutamente personales.
Claro esta que la producción de mi capacidad creativa puede estar al servicio individual, personal, o al social.
Yo personalmente prefiero que la capacidad imaginativa y creativa del hombre este a disposición de esta última alternativa.
Porque las sociedades en las que se reparte injustamente la riqueza, por el hecho mismo que da la “impresión” que algunos nacen con estrella y otros estrellados, en realidad no nos permite saber si entre los que no pueden ejercer su creatividad por sus necesidades básicas insatisfechas (con hambre es difícil pensar y crear), en realidad no sería ilustres innovadores.
Un abrazo!
Rik
Gracias por esta reflexión, así está la planta de bonita. Se limita a ser cómo es, con sus factores que la rodean, pero con su curso natural.
Un beso, y de nuevo gracias.
Luna:
Ser auténticos esa es la clave.
Salu2:
Inpersonem:
Gracias por tu comentario. Coincido totalmente contigo,con "el color de nuestros pinceles", me parece una frase acertada.
Gracias por tu presencia en este Blog.
Salu2:
Tere:
Creo que sea cual sea la relación o el entorno, si nos pide que nos "uniformemos", no se si vale la pena.
Bien es verdad que por lo que yo veo, tu a lo que te refieres es "hacer concesiones", para estar en determinado sitio.
Salu2:
Rik:
Planteas un tema de desigualdades de partida y debo decir que coincido contigo.
No todos tenemos o tienen las mismas oportunidades. De acuerdo. Pero creo también que esforzarse en la medida de las posibilidades es mejor que dejarse llevar.
Buena precisión Rik.
Salu2:
L.N.J.:
Si efectivamente, escogí esta fotografia por la convivencia en paz de esas hojas verdes con dos sigulariddes rojas, una mas desarrollada y otra incipiente.
Creo sin embargo que ese cromatismo la enriquece mucho.
Gracias por tu comentario.
Salu2:
No se debe perder la naturalidad ni la sinceridad ni la simpatía por agradar a nadie, es mostrándonos tal como somos como se consiguen amigos de verdad y a los que no les gustemos pues…¡ qué le vamos a hacer!
La educación no debe ser un corsé que nos impida el menor movimiento personal, ser correctos y educados no implica no ser sinceros, naturales…se puede ser todo eso y más sin herir la sensibilidad de otras personas porque desde pequeños tenemos que tener claro que nos podemos permitir el ser distintos unos de otros, en los gustos y en la forma de pensar, que no se puede gustar a todos, que debemos, sí, respetar el gusto de los demás y así vivir en paz con todos aunque a la hora de elegir compañía nos permitamos el lujo de elegir con las que más nos identifiquemos.
Una sociedad muy aburrida sería esa siendo todos exactamente iguales. Iguales, debemos serlo solo en Derechos
Saludos afectuosos Seriecito.
Interesante lo que leo. Ser uno mismo pese a todo, es de una valía incalculable. También se puede uno adaptar a las circunstancias, cuando las circunstancias lo requieran; eso se llama supervivencia (creo). Pero lo mejor de todo es respetar esa plicromía que no enriquece y disfrutamos. Siempre admiré a las personas que saben manejarse con naturalidad en estos temas.
Un abrazo y encantada de leerte.
Ay, lo siento, como soy del sur, me como las letras. Quería decir que la policromía noS enriquece.
Las "s" las llevo fatal (broma).
Carol:
Totalmente de acuerdo contigo. Ser uno mismo es lo importante.
Parecer otro puede ser reconfortante a corto plazo, pero muy nocivo a largo plazo.
Me alegro de tu comentario.
Salu2:
Mercedes:
Sí, efectivamente, ser uno siempre y donde sea. Lo demás son conductas que llevan a pocos sitios y acaban siendo un fracaso.
Gracias por tu visita.
Salu2:
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