Nuestra conducta cotidiana, determina y conforma nuestro destino. La cuota mas alta de influencia sobre lo que seremos, somos nosotros mismos, no quienes nos rodean; ellos pueden ayudar, pero en ningún caso son los artífices, aunque nosotros nos empeñemos, de modo machacón, en otorgarles una relevancia, que en absoluto detentan. Tanto en lo bueno como en lo menos bueno.
Para superar las dificultades cotidianas que nos acontecen, será muy efectivo, señalarnos como primeros responsables y no buscar intensamente a nuestro alrededor, para tratar de identificar responsabilidades ajenas. La mayoría de nuestras tribulaciones actuales, son consecuencia de decisiones tomadas anteriormente. Aquí puede facilitar o dificultar casi con la misma intensidad, haber decidido, como haber permanecido impasible en encrucijadas fundamentales, creyendo que mirando hacia otro lado las cosas se arreglan.
Cargando sobre los demás y/o las circunstancias, la mayor autoría de la responsabilidad de nuestras dificultades; en los primeros momentos, conseguiremos sentirnos ligeramente reconfortados, pensando que somos víctimas de determinismos no soslayables. Pero durará poco, negar nuestra propia realidad o alegar razones espurias no cambiará nuestras circunstancias, antes más, nos dificultará superarlas. Los problemas no desaparecen ignorándolos.
La voluntad de superación solo es nuestra y solo somos nosotros con nuestro esfuerzo los que podremos remontar nuestras circunstancias desfavorables. No resuelve nada encontrar, con cierta machacona insistencia, responsabilidades ajenas y acciones propiciatorias negativas de quienes nos rodean. Asumir la realidad, por muy poco gratificante que sea, es condición necesaria, para cambiarla, pero como en algún problema matemático, no es suficiente; hay que tomar decisiones y actuar adecuadamente para neutralizarla. Aprender del error y evitar repetirlo.
No se puede rectificar, sin asumir. Ignorar y esperar un cambio, es tanto como querer que un río fluya al revés, es imposible. Señalarse como responsable es potenciar una solución más temprana. Sentirse como fatalmente atrapado, crea incapacidad y pocas posibilidades de resolución. Solo el empeño provoca soluciones, ser pusilánime lleva apocas metas, cuando no logramos nuestros deseos, poco importa el detalle pormenorizado de todas las dificultades existentes.
La única forma de llegar a un destino es empezar a caminar.
Para superar las dificultades cotidianas que nos acontecen, será muy efectivo, señalarnos como primeros responsables y no buscar intensamente a nuestro alrededor, para tratar de identificar responsabilidades ajenas. La mayoría de nuestras tribulaciones actuales, son consecuencia de decisiones tomadas anteriormente. Aquí puede facilitar o dificultar casi con la misma intensidad, haber decidido, como haber permanecido impasible en encrucijadas fundamentales, creyendo que mirando hacia otro lado las cosas se arreglan.
Cargando sobre los demás y/o las circunstancias, la mayor autoría de la responsabilidad de nuestras dificultades; en los primeros momentos, conseguiremos sentirnos ligeramente reconfortados, pensando que somos víctimas de determinismos no soslayables. Pero durará poco, negar nuestra propia realidad o alegar razones espurias no cambiará nuestras circunstancias, antes más, nos dificultará superarlas. Los problemas no desaparecen ignorándolos.
La voluntad de superación solo es nuestra y solo somos nosotros con nuestro esfuerzo los que podremos remontar nuestras circunstancias desfavorables. No resuelve nada encontrar, con cierta machacona insistencia, responsabilidades ajenas y acciones propiciatorias negativas de quienes nos rodean. Asumir la realidad, por muy poco gratificante que sea, es condición necesaria, para cambiarla, pero como en algún problema matemático, no es suficiente; hay que tomar decisiones y actuar adecuadamente para neutralizarla. Aprender del error y evitar repetirlo.
No se puede rectificar, sin asumir. Ignorar y esperar un cambio, es tanto como querer que un río fluya al revés, es imposible. Señalarse como responsable es potenciar una solución más temprana. Sentirse como fatalmente atrapado, crea incapacidad y pocas posibilidades de resolución. Solo el empeño provoca soluciones, ser pusilánime lleva apocas metas, cuando no logramos nuestros deseos, poco importa el detalle pormenorizado de todas las dificultades existentes.
La única forma de llegar a un destino es empezar a caminar.
6 comentarios:
Totalmente de acuerdo los problemas no desaparecen ignorándolos sino enfrentándose a ellos.
Saludos.
Nuestra actitud, frente a todo, es lo que determinará nuestro futuro, nuestra vida.
No sé hasta que punto el factor "suerte" tiene fueza. La suerte se la trabaja uno dia a dia...
Equivocarse, y rectificar, es de sabios, eso ya lo hemos dicho muchas veces, y eso nos enriquece.
Pero a veces, solemos rectificar las acciones, el procedimiento. Pero no nuesto pensamiento, nuestra sociabilización.
En esta vida, además de hace las cosas bien, creo que cuenta mucho nuestro talante.
La autocrítica, por supuesto debe ser
siempre nuestro primer paso, en todo.
"La mayoría de nuestras tribulaciones actuales, son consecuencia de decisiones tomadas anteriormente."
Estoy totalmente de acuerdo.
Pero más que enmendar los errores cometidos, creo que debemos profundizar en porque cometemos esos errores.
En unos casos será por desidia, por desinterés.
En otros por falta de atención suficiente.
En otros por desconocimieno.
Pero en muchos será por altaneria, por creernos en posesión de la verdad...
Y ahí es, cuando nos equivocamos, cuando solemos, atribuirlo más veces a la culpa ajena.
Solemos ser poco humildes cuado nos juzgamos a nosotros mismos.
Y esa condición es muy negativa, nos llega a alejar de la realidad en que vivimos, y nos aparta de los demás.
Debemos estar más dispuestos a escuchar, aprender, ver otras opiniones y opciones, y eso siempre nos enriquecerá-
Y desde luego, culpar a los demás de lo que a nosotros concierne, es de poco inteligentes y faltos de iniciativa.
Buenas reflexiones, como siempre.
Un beso
Enfrentarlos es una manera de avanzar.
Si los ignoras, siempre se quedarán ahí.
Salu3
Neurotransmisores:
efectivamente, emplear la tactica del avestruz es un mal plantamiento para resolver.
Salu2:
Luna:
Analizar los errores es la mejor forma de progresar.
Salu2:
Nuria:
Totalmente de acuerdo.
Salu2:
Luis
Publicar un comentario