Tenemos una inclinación permanente a querer complacer a los demás con nuestro comportamiento, necesitamos imperiosamente cosechar la aprobación mayoritaria de nuestros actos. Bien está, que procuremos desenvolvernos de modo tal, que vayamos consolidando un elevado respeto y consideración de nuestros amigos y allegados. Tampoco es nocivo que nos sometamos mentalmente a la “auditoria” de ellos, para revalidar la oportunidad de nuestras acciones. Pero este planteamiento, no debe extrapolarse y mucho menos generalizarse, hasta el extremo de pretender ser “aprobados” de modo general.
No necesitamos complacer a todo el mundo, es más, aceptar de buen grado la crítica o incluso la reprobación de nuestros actos, es un signo evidente de seguridad en uno mismo. Si nos ponemos como objetivo, complacer a todos los que nos rodean, fijamos una meta inalcanzable y por tanto estamos abocados al fracaso. Tener el respeto de las personas con las que nos relacionamos, es una percepción altamente gratificante, pero pretender el respeto “universal” es una utopía y nos descentrará de nuestros verdaderos objetivos de vida.
Si buscamos la complacencia sobre nuestro comportamiento, de todos y en el tiempo, debemos interiorizar la elevada probabilidad, de que esto ocurra, lo más frecuente será:
No necesitamos complacer a todo el mundo, es más, aceptar de buen grado la crítica o incluso la reprobación de nuestros actos, es un signo evidente de seguridad en uno mismo. Si nos ponemos como objetivo, complacer a todos los que nos rodean, fijamos una meta inalcanzable y por tanto estamos abocados al fracaso. Tener el respeto de las personas con las que nos relacionamos, es una percepción altamente gratificante, pero pretender el respeto “universal” es una utopía y nos descentrará de nuestros verdaderos objetivos de vida.
Si buscamos la complacencia sobre nuestro comportamiento, de todos y en el tiempo, debemos interiorizar la elevada probabilidad, de que esto ocurra, lo más frecuente será:
1.- La imposibilidad estructural de agradar a todo el mundo, en todo tiempo.
2.- La completa certeza de que dejaremos de complacer coyunturalmente a “alguien” muy cercano, en algún momento.
3.- La seguridad estructural, de que nos encontraremos con personas, que nos desaprobarán de modo absoluto y con carácter permanente, en el fondo y en la forma.
Si lo que buscamos es satisfacción personal y éxito, hagamos las cosas, como nosotros creamos que son correctas - lógicamente sin incordiar -, y pensemos con carácter permanente, que lo más importante es “ser uno mismo”. Si somos un “personaje” para cada persona o grupo, acabaremos siendo “un Don/Doña nadie”, para todos. Seguro que “suspenderemos” en comportamiento y peor aún, en sinceridad.
Para ser singulares y por tanto útiles socialmente; debemos esperar una cuota de incomprensión y también cierta desaprobación, pero esto es el coste a pagar por mantener nuestra personalidad, autoestima y seguridad interior, que nos fortalece adecuadamente y nos permite seguir hacia delante. Los cromos “repes”, tienen un destino asegurado, que es, el cambio por otro.
Si queremos complacer a todos y para ello, nos exprimimos como un limón… ya sabemos el final, el limón sin zumo, no tiene valor.
Para ser singulares y por tanto útiles socialmente; debemos esperar una cuota de incomprensión y también cierta desaprobación, pero esto es el coste a pagar por mantener nuestra personalidad, autoestima y seguridad interior, que nos fortalece adecuadamente y nos permite seguir hacia delante. Los cromos “repes”, tienen un destino asegurado, que es, el cambio por otro.
Si queremos complacer a todos y para ello, nos exprimimos como un limón… ya sabemos el final, el limón sin zumo, no tiene valor.
12 comentarios:
Hola Luis.
Excelente entrada, y excelente la descripción de la característica en que muchas personas se afanan para sentirse bien, aunque a veces también se sienten mal en ese afán.
Entre los primeros artículos que escribí para mi blog hay uno que lleva por titulo “¿Te comes el bife crudo…”, queriendo significar a las personas que, en muchas oportunidades por la gran necesidad de quedar bien con todos, hacen cosas incluso que no son de su agrado y con el fin de conseguir la probación del entorno.
Esta característica, fue estudiada por la psicología y lleva el nombre de Asertividad (con “s” porque hace referencia a “aserto”, aseveración, y no a atinar en el blanco).
Desarrollar la asertividad (que no es innata, por supuesto) es un arduo trabajo por momentos. Hay que vencer el profundo deseo de ser querido por todo el mundo, respetado, tolerado y hasta admirado por estar siempre a disposición de los demás. Estas personas no toleran la idea de poder tener “adversarios” o personas que no nos quieran, o que no critiquen; entonces, para evitarlo, terminan comportándose como “serviles” más que como serviciales.
Actuar espontáneamente, siendo directos con sus ideas, preferencias y aceptaciones; poniendo límite en las cosas que no aprobamos, necesariamente conllevará a ganarnos la desaprobación de algunas personas. Si para evitarlo, nos la pasamos actuando como suponemos que más agradaremos (como dije arriba), también tendremos un “costo” emocional, porque nos veremos, metafóricamente, “comiéndonos un bife crudo”, cuando la carne nos gusta cocida, y en oportunidades abonando el costo del plato y retirándonos sin decir palabra, pero con la molestia de haber hecho algo así.
La conducta asertiva no esta reñida con la solidaridad o el respeto por los demás, pero sí, insisto, hay que saber que cuando uno dice NO, o expresa lo que quiere y piensa, se ganará la desaprobación de algunos.
Te felicito por tu artículo.
Un abrazo.
Rik
Rik:
La verdad es que había pensado poner de tíulo,"buscando sentirse mal", pero me pareció muy largo.
Leere tu artículo de "¿te comes el bife?. Seguro que tendrá excelenes puntualizaciones. Ya te comento.
Intentar ser queridos por todo el mundo, es claramente una pérdida de tiempo y exfuerzos. Transformar nuestra personalidad, por el simple hecho de ser queridos por mas personas, es un planteamiento pacato.
Cuanto mas ganemos la aporbación de quienes verdaderamente importan, mas nos daremos cuenta de lo demás tiene un valor relativamente bajo.
Tu metáfora de la comida me parece muy buena.
El riesgo de ganarse la desaprobación de algunos por decir NO, creo que no es comparable al desgaste continuo, que supone decir SI, a todo.
Gracias Rik, tus cometnarios puntuales y precisos.
Salu2:
Bueno, partiendo de la premisa del profundo respeto a los demás, a su espacio, y a sus convicciones.
Yo creo que las personas conforme vamos madurando, en todos los sentidos, nos vamos integrando en un grupo de personas con características similares, en cuanto a pensamiento, gustos, aficiones etc. Nos vamos haciendo más selectivos, procuramos sentirmos cómodos.
Pero claro, vivimos en nuestro entorno, laboral, profesional, de vecindad, con toda clase de personas distintas.
Yo creo que, partiendo de la base del respeto mutuo, se puede con una buena dosis de tolerancia, convivir en esos ámbitos, sin la necesidad psicológica de que esto implique una comunión de personalidades.
Pero claro, partiendo de la base que ya habéis expuesto. Cuando no tengamos la necesidad de ser Mis o Mister Simpatía.
Podemos ser Asertivos (me ha gustado esa palabra) sin ser groser@, altiv@,excluyentes o dogmáticos, que también existe ese peligro.
En el equilibrio está la medida.
Un beso
Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que dices en esta entrada.
Creo que hay que ser uno mismo sin rigidez extrema y con la flexibilidad propia del sentido común (que sabido es que es el menos común de los sentidos).
Saludos.
Totalmente de acuedo,es de locos
y poco natural los siempre guays.
Buen post Seriecito !
Saluditos
Luna:
El dogmatismo siempre es malo. Ser asertivos como dice Rik, es una buena posición ante la vida.
Efectivamente Luna, dos puntos esenciales.
Salu2:
Impersonem:
Quizás sea una de las cosas que menos practicamos, "el sentido común", otro "gallo" cantaría...si fuesemos menos sofiticados y mucho más naturales.
Salu2:
Alix:
Los "guays", una buena plaga en cremiento...
Salu2:
Intentar complacer a todo el mundo, es agotador, insatisfactorio, frustrante.... y te hace sentir permanentemente infeliz, sobre todo porque no vives tu vida, ni como ni cuando la quieres.
Un abrazo
Nuria:
Así es Nuria. Te estaba poniendo falta ya...
No abandono tan fácilmente Luis (jijiji)
Me alegra encontrar muchas cosas que leer en tu blog después deestos días.
Un abrazo
Hace tiempo que dejé de sufrir por "no gustar a todo el mundo"( menuda presunción), solo espero que l@s que se acerque a mí lo haga por sincera simpatía, agrado y l@s que no la sienta no está obligado hacerlo aunque estén en mi ambiente.
Soy una persona que intenta llevarse bien con todo el mundo pero todo tiene un límite y no olvido mi personalidad por caer bien.
Además cuanto mayor me hago me importa más mi opinión, aunque no esté cerrada a oír la de los demás respetarla, ceder... hasta cierto punto.
Saludos afectuosos Seriecito.
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