jueves, 21 de junio de 2007

Escribir...romper el silencio



Escribir, esta claro que es mas difícil que hablar, a mí al menos así me lo parece. Cuando comienzo a escribir, no se muy bien lo que quiero expresar y sin embargo, como en una madeja de lana, las frases se van conformado, con mayor o menor acierto, par obtener su propia vida latente, a la espera de que algún lector les de verdadera vida. Aunque, le oí decir a alguien en una ocasión: “si quiere que algo no se sepa escríbalo”, haciendo mención mordaz a la falta de afición por la lectura que tenemos.

Leer un libro con sosiego, sin prisas, es un acto de fortalecimiento personal inigualable. Pero la verdad, es que cada vez más, nos empeñamos en la imagen y la palabra hablada. Sí, es verdad, que una imagen, vale mas que mil palabras, pero es tan efímera, que en ocasiones lo que queda en nuestra mente es el “bulto”, pero los detalles…, los matices…, francamente no.

La escritura tiene la facultad de permitirnos editarla (como se dice ahora) y releerlo, modificar aquellos aspectos con los que uno no está totalmente satisfecho, antes de publicarlo. Pero siempre por mucho que se haya practicado este ejercicio de corrección, uno se queda con una ligera insatisfacción porque imagina que el lector no entenderá algunos de los matices. Como si los lectores no fueran inteligentes, como si el leer entre líneas fuera solo patrimonio de “cuatro sabios”.

Lo verdaderamente importante es que el que inicia, es decir el que escribe, refleje con sencillez lo que quiere decir, evite el circunloquio y no disimule. Disimular es una de las actividades que mas practicamos en la vida actual, parecer distraído es una de las formas de quedar al margen de muchas cosas, es en definitiva una defensa de nuestro subconsciente.

Escribir, de algún modo es una forma de “desnudarse”, al desproteger a la palabra del gesto que acompaña a la voz, queda solo el significado de la misma en su forma absoluta, los entrecomillados no son suficientes para evaluar con acierto el alcance de los matices, por eso se necesita ser muy preciso al escoger las frases, por eso nos cuesta tanto, porque lo nuestro, a lo que estamos bien entrenados es al “camuflaje”, a expresar con la palabra hablada, solo un pequeña parte de cómo estamos y lo que queremos.

El ejercicio de escribir, es buen invento, es un acto de sinceridad y aunque uno haya buscado las frases del disimulo para los demás, al menos para sí mismo ha practicado una actividad de higiene mental, porque por su mente ha precedido a la escritura final, lo verdadero, no el maquillaje.

Quiero, aunque solo sea para los cuatro o cinco que leerán el Blog, decir, que hoy es mi Santo y que he querido felicitarme a mi mismo, haciendo el esfuerzo de escribir estas líneas, tratando de avanzar en la sinceridad, que es el único camino a la felicidad, ya que hoy es día de eso…de felicitaciones.

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