sábado, 12 de septiembre de 2009

Sobriedad y equilibrio



Casi siempre contemplamos con cierto asombro y temor a esos árboles gruesos y llenos de sajaduras en su corteza, consecuencia ineludible del transcurso de los años. Creo que nos ponen de manifiesto, el paso ineludible del tiempo y la fortaleza de continuar y perpetuarse. Parecen como testigos mudos, pero atentos de lo que pasa, nos acogen para dar sombra cuando son frondosos y nos evidencian que el paso de los años no es estéril.

Esa fortaleza que representan y transmiten, nos hace pensar muy profundamente, hasta que punto actuamos adecuadamente, o nos dejamos llevar por la inercia y por la falta de ímpetu, para llevar a cabo nuestros proyectos. La ilusión es siempre un acicate, quienes nos movemos de forma poco intensa en los asuntos o nos comportamos con una extraordinaria tibieza en el quehacer cotidiano, no hacemos más que perder ramas, seguro que cada vez nuestra sombra es más alargada.

No es la vida la que nos vence, es la interpretación que damos a lo que nos pasa, es nuestra impertérrita costumbre de engrandecer lo negativo y ser poco consecuentes con lo positivo, de tal modo que acabamos pensando que nuestro devenir es monótono, poco relevante y tedioso. Casi como si no hubieran motivos para sentirse satisfechos y reconfortados.

La mente actúa en muchísimas ocasiones inferida por nuestro prisma de interpretación, es capaz de asumir con presteza acontecimientos negativos muy importantes y llevar como una pesada carga liviandades. Todo ello solo depende de la posición que nosotros adoptemos, quedarse sorprendido, lamentarse con posterioridad y dejarse llevar por el desaliento – camino fácil y de poco trabajo – nos colocará en una adecuada posición para interiorizar pensamientos negativos y por tanto comenzar una espiral envolvente poco recomendable.

Si, ya se que hay asuntos y asuntos, sí, ya lo se. Pero repasemos, ¿cambia algo el pasado a base de rememorarlo minuto a minuto y acogerlo como una “desgracia, cuando no, como un suceso de elevada importancia y con una gran dificultad implícita de superación?, creo que no cambia en nada. Sin embargo, cuando asumimos, sin exageraciones ni determinismos, cuando nos centramos en aflorar las muchas otras cosas que nos han salido bien, tampoco cambia el pasado, pero por el contrario nos colocamos en una posición excelente para continuar y hacer futuro, que es en verdad lo que nos interesa.

Miremos la fotografía, ahí está, firme y fuerte, no esconde su corteza maltrecha, no; la exhibe y parece decir, aquí estoy, me han costado muchas “plumas” pero aquí estoy… y lo dice desde el silencio, que en realidad es la forma de gritar mas alto… aprendamos.
Foto cedida por Nuria: http://nuria-vagalume.blogspot.com

13 comentarios:

MARU dijo...

El pasado..., el presente, el futuro...., dá igual, cada uno lo mirará con los mismos ojos.
Todos vivimos momentos de alegria, de tristeza, de melancolia, de euforia.
A todos nos pasan cosas agradables, otras no tanto...
Todos somos a ratos felices y a ratos infelices.
En lo que diferimos, es en la forma de valorar cada instante, cada sentimiento, cada vivencia.
Y eso si, condicion nuestra vida.
Porque puede ser todo negro, negativo, sea lo que sea-
He visto a veces en establecimientos un cartel que dice: "Hoy puede ser un gran dia, pero seguro que viene alguien y me lo jode..."
Claro con esas perspectivas...
Mejor pensar, detrás de la lluvia está el arco-iris, siempre.
Yo suelo contar, y no es retórica, que un dia en mi vida tomé la decisión de ser positiva.
Ha sido la mejor y más extraordinaria decisión que he podido tomar nunca...
Un beso, Luis.

seriecito dijo...

Luna:

Muy buena decisión. ¿ y por qué no?.

Inauguras con otra ubicación. Sales como Alcalá de Henares.

Salu2:

MARU dijo...

Vaya, Alcalá de Henares, un sitio precioso que he visitado varias veces. Tiene una magnífica universidad!!!!
Pero no, no estoy alli, supongo que se arreglará.
A veces desde Salamanca, también variaba el sitio...
Cosas de intenet.
Un besito

Nuria dijo...

Las cosas que nos pasan nos hacen aprender y crecer, sean buenas o malas. Sería muy ingenuo pensar que todo es malo o todo es bueno.

Hay temporadas, épocas, años, mejores que otros. Hay algunos en que las dificultades aparecen por todos los frentes, como un mal de ojo... pero hay que seguir adelante, sin perder de vista el objetivo, nunca, si realmente es lo que quieres y te hace feliz.

Y no es nada fácil, no señor.

Salu3 y abrazos

Nuria dijo...

Me alegro de tu vuelta Luis.
Espero que hayas pasado un buen verano.

tag dijo...

Vaya Luis, ya vamos volviendo todos del letargo veraniego.

Veo que vuelves con ganas, haciendonos reflexionar como siempre.

Ese arbol trasmite experiencia, muchas ramas vividas y superadas.
Otras perdidas.
Pero ahí esta él, desafiando al tiempo, a las tormentas, huracanes,y a los torridos dias de verano que seguro le han hecho sufrir muchas veces.
Pero él firme como una roca los ha superado.
Ese es el ejemplo a seguir.

Un besito

P.D. Felicidades a Nuria por la foto, en su dia no pude comentar en su blog.

Carol dijo...

La vida nos golpea a veces muy fuerte y otras nos besa en la boca, seguramente no puede ser de otra forma, lo importante es saber superar el dolor en los malos momentos y disfrutar de los buenos sin dejarlo para mañana, en cuanto se presentan.

La fotografía es preciosa, me encantan los árboles centenarios, los admiro y respeto, nosotros nos iremos y ellos testigos mudos de tantas historias seguiran aquí viendo generaciones pasar, son entrañables y felicito a Nuria la autora de tan bella foto.

impersonem dijo...

La canalización objetiva (si es que ello es posible)de los sentimientos es tarea árdua, quienes lo logran supongo que alcanzan esa sobriedad y ese equilibrio que postulas...

No sé Seriecito, a mí se me escapa esa sobriedad y ese equilibrio muy a menudo por las grietas que los ímpetus de la vida y sus circunstancia abren en mi ánimus...mi pesimismo me ha hecho andar más que mi optimismo, pues en el entrecejo llevo siempre presentes las causas que lo producen y estoy en el empeño de cambiarlas...y es que no quisiera que un día mi actuación en la vida me llevara a lamentarme parafraseando a F.Pessoa cuando escribió en sus versos: "Llevo conmigo las heridas de todas las batallas que he evitado"...pero esa lucha amigo Luis no está exenta de lamentos, dudas, fracasos, lágrimas, etc., ninguna lucha es positiva, ni siquiera la victoria lo es, lo positivo sería el acuerdo...y ante esto sólo puedo ser pesimista.

Pero tienes razón en lo que postulas...lo mejor es buscar el combustible en las buenas experiencias, laceran menos los sentidos, lo que pasa es que yo soy un caso perdido y lo busco en las malas. ¡Ah! y claro que no es la vida la que nos vence, son los verdugos y malos encantadores que pululan por ella los que nos vencen...

Hoy estoy muuuuuuuuuuyyyyyyy pesimista, así que perdón a tod@.

Saludos.

Unknown dijo...

Buen día Luís!!!

Excelente entrada y foto de Nuria que elegiste para ella!.

Tus reflexiones me retrotraen nuevamente a aquella frase del filósofo Epicteto del año 55 DC.:

lo que importa no son las cosas, si no la percepción que tenemos de éstas

Y que constituye el basamento de las Terapias Cognitivistas.

Por ende, lo positivo o lo negativo, la confianza en nosotros mismos para lograr nuestros proyectos; las emociones de alegría o tristeza que sintamos por los hechos que experimentemos, serán acordes a esa percepción subjetiva de las cosas!

Un abrazo!
Rik

Unknown dijo...

Con tu permiso Luís

Impersonem; ¿podrías justificar racionalmente tu pesimismo?

Si hubiese un justificativo objetivo: ¿Qué estas haciendo para revertir esa realidad?.

Si no lo pudieses justificar: Por qué no cambias tu “mirada” de los hechos, por otras más relativas?

Un abrazo
Rik

impersonem dijo...

Ricardo, sí, puedo justificar mi pesimismo racionalmente desde muchas vertientes, pero nos llevaría un buen rato...puedo justificarlo desde la Filosofía, desde la Psicología, desde la Lógica, desde la Estadística, desde la Política, desde el Derecho, desde la Economía, desde la Religión, o sea, desde los tuétanos. En el inicio de mi blog hay un poema de León Felipe sobre los cuentos que nos cuentan y que se han convertido en absurdas certezas que pudiera sugerirte la perspectiva de mi postura pesimista, pero la profundidad del asunto en honda, muy honda...

¿Qué estoy haciendo para revertir la realidad?...ufff, llevo mucho tiempo haciendo muchas cosas, no quiero parecer presuntuoso, si te dijera dónde y contra quienes he librado mis batallas tal vez no lo creerías...pero en fin, escrito está: "suficiente para cada día es su propio mal". Pero Ricardo...¿Tú crees que la tragicomedia de este mundo en el que habitamos es para ser optimistas? No sé, tal vez yo sea la persona más equivocada de la Tierra, pero te aseguro que soy un pesimista muy activo, mucho más que muchos optimistas cuya acción positiva consiste en abdicar en los demás...y además estoy seguro de una cosa, entre el optimismo declarado y el optimismo real en las personas suele haber un largo trecho.

Ricardo, yo veo lo que veo y escucho lo que escucho...y ello me lleva al pesimismo...

Bueno para terminar una gracia sobre lo que dicen de los optimistas que supongo que habrás oído muchas veces: "Un optimista es un pesimista mal informado".

Me gustaría razonar mi postura mucho más Ricardo y desgranarte racionalmente mis motivos...últimamente estoy llegando al convencimiento que da igual el cristal con que se miren las cosas, la cuestión no es el color (lo externamente aparente) sino la esencia (causas-efectos)...siento contradecir a Shakespeare, pero estoy llegando a ese convencimiento.

Aunque pudiera ser que estuviera definiendo mal mi postura y en vez de pesimismo sólo sea la impotencia que sentía Juan Salvador Gaviota ante los oídos sordos de la manada.

Gracias Ricardo por tu interés. Un abrazo.

MARU dijo...

Luis, te echamos de menos....
Un besito

seriecito dijo...

Luna:

Ahí estamos...

Salu2.

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