viernes, 11 de mayo de 2007

Exagera que algo queda...


Contaba mi abuelo, cuando tenía delante un interlocutor, que intuía, exageraba en lo que relataba, que una vez una persona del pueblo (Viver), había salido de su casa en verano de buena mañana, para ir al monte a segar trigo, al medio día (12 de la mañana), se disponía a comer y para ello se sentó a la sombra de un pino, pertrechado de los "manjares" que le había preparado su mujer. Sacó la navaja que llevaba y se puso a afilarla en una piedra de calar idónea, estuvo un buen rato en este menester; cuando creyó que ya estaba en condiciones, cogió la hogaza de pan que llevaba, la apoyó sobre el pecho y rescostándose en el pino, con la navaja se dispuso a cortar una rebanada de pan, pero... tanto había afilado la navaja, que cortó el pan, se cortó él y el pino en el que estaba apoyado.... Después de oír semejante historia, su interlocutor hacía mutis por el foro y desaparecía con la rapidez que adquieren las piernas, ante ese clásico retorcijón de tripas que señala una inminente necesidad de defecar. Seguramente nunca mas insitía en fabular demasiado, por lo menos delante de mi abuelo.

Y es que en esta vida cada vez mas, las cosas han de ser tremendadmente "exageradas", para que salgamos de la zozobra en la que vivimos, dado que las noticias diarias no nos sorprenden, salvo que tengan ese sabor de "mas insólito todavía". Me viene ahora a la memoria - lo he oído en la radio esta mañana - que la alcaldesa de un pueblo de Andalucía había prometido sortear un comedor de caoba, entre los que asistieran a un mitín suyo, o también un alcalde que había prometido por lo mismo, el sorteo de un piso de protección oficial... a éste último creo que incluso le han dado el finiquito y lo han separado de la candidatura. Adónde vamos a llegar... Seguramente a nada bueno.

Porque claro, hay algo mas exagerado, irreal, parcial y estéril, que el mitín de un político, que promete y promete... Me dan ganas de contarles lo de mi abuelo y la navajica. Lo importante no es el fondo de lo que se dice, es solo el lucimiento que produce. Hechizar al posible votante, atraerlo conseguir su voluntad y con ello el cargo...luego buscar la escusa - siempre culpa de otros - para incumplir con aquellas razones por las cuales el "atraído" había votado.

Ahora entre las Administraciones Centrales y Autonómicas y las locales, solo con el tiempo que se pierde desmintiendo el desmentido... ¡Cuántas energías que se lleva el diablo!, ¿cuántas cosas se podrían hacer, dedicando el tiempo a trabajar en algo útil?.

En fín, mi abuelo también decía: "Si quieres saber quien es Miguelico, dale un carguico".

Hasta otra oculto posible lector, ayer me leyeron 10.000... Bueno menos mal que no esta mi abuelo ya, que si no...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vaya... otra vez me ha vuelto a sorprender usted. Pero añado, que cuando estos que prometen pierden, encima molestan... y si, su abuelo tenia toda la razon, si quieres conocer a alguien, dale poder... Un saludo.

El lector nº 10.001

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