viernes, 28 de septiembre de 2012

El silencio no es asentimiento



Dice el poeta Ángel González, al final de su poema “preámbulo a un silencio”:
“y sonrío y me callo porque, en último extremo
uno tiene conciencia
de la inutilidad de las palabras”.

Recientemente el Presidente del Gobierno Sr.Rajoy  en un discurso en la Americas Society/Council of the Americas  ha dicho: Permítanme que haga aquí en Nueva York un reconocimiento a la mayoría de españoles que no se manifiestan, que no salen en las portadas de la prensa y que no abren los telediarios. No se les ven, pero están ahí, son la mayoría de los 47 millones de personas que viven en España. Esa inmensa mayoría está trabajando, el que puede, dando lo mejor de sí para lograr ese objetivo nacional que nos compete a todos, que es salir de esta crisis”.
http://politica.elpais.com/politica/2012/09/26/actualidad/1348685176_244661.html

Me sorprende en principio, que ningunee a los ciudadanos que ejerciendo su libertad, se manifiesten para hacer ver a los Congresistas su descontento, porque se lo han ganado a pulso; la desafección general por los políticos es manifiesta y va en aumento, porque son incapaces de comunicar y evidenciar, que los primeros sacrificios los hacen ellos; muy al contrario, son reticentes a perder sus prebendas y asumir su cuota de “recortes” en esta crisis en la que estamos sumergidos, por circunstancias internacionales, pero también por su evidente “mala administración”

Vaya por adelantado, que siempre he sido absolutamente contrario al empleo de la violencia y que nunca me han gustado las maneras “desordenadas” de plantear las protestas; donde acaban mezclándose – desgraciadamente – gentes de buena voluntad con activistas, que pretenden medrar en el río revuelto. Manifestación sí, pero con orden y mesura en el gesto, por mucha carga de indignación que exista.

Hecho estas consideraciones, tengo que decir también, que hasta ahora yo creía que era dueño de mis silencios, pero veo que no; parece ser que no manifestarse es formar parte de una mayoría, que sigue esforzándose y con ello ayuda a salir de la crisis - en principio de acuerdo -, pero en ningún caso el silogismo debe de ser, que está de acuerdo en el modo y la forma con lo que se hace desde el Gobierno. Se equivoca el Sr. Presidente, si entiende, que todos los que no nos hemos manifestado, es que apoyamos sus medidas; al menos no es mi caso, ni el  de bastantes allegados. Como se equivocará también si no escucha las voces de la “protesta racional” y analiza los fundamentos que la motivan. Salvo que crea sus propias palabras y piense que 6.500 manifestantes (dato que llama la atención por exiguo), no deben condicionar a 47 Millones.

Como dice Stanislav Jerzy: “A los silenciosos no se les puede quitar la palabra”.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Paradoja recurrente



Dice Eduardo Punset en su libro “La España impertinente”: “Los políticos tendrán que reflexionar tarde o temprano ante la creciente paradoja de unos avances científicos y tecnológicos que alteran drásticamente la manera de nacer, vivir y morir de los españoles, y el atraso de la ciencia política para organizar armoniosamente la convivencia social. En el mejor de los casos, esa convivencia se regula mediante esquemas liberales diseñados en el siglo XVIII y, en el peor de los casos – que son la mayoría -, en virtud de dogma predemocráticos que suponen un atropello intolerable de la libertad y de la dignidad humana.
Se agiganta cada día la desproporción entre los adelantos espectaculares proporcionados por la comunidad científica y la parálisis de que hacen gala los detentadores del poder político. La opinión pública, lógicamente, se percata de esta diferencia inexplicable y empieza ya a sugerir a los políticos que se familiaricen con los métodos científicos  y que expliquen, si los motivos profundos de su tremendo fracaso como gerentes de ofertas de servicios mínimos en los campos de sanidad pública, regímenes de pensiones, transportes colectivo, redes de comunicación, administración de justicia y de una enseñanza sincronizada con las exigencias del futuro en lugar de las hipotecas del pasado.”

Para “organizar armoniosamente la convivencia social”, hace falta vivir en armonía personalmente y no principalmente preocupado en la controversia permanente, que no resuelve nada y que tan mal ambiente crea. Para convivir, hace falta voluntad y empeño, por acoplarse con los que nos rodean, asumiendo sus imperfecciones y con mente abierta, reconociendo las nuestras. Esperar que los políticos hagan un esfuerzo en la relación y la concordia es un pensamiento ilusorio y lleno de candidez, a ellos lo que les preocupa son las posturas enconadas y  tirantes, porque han aprendido, que de este modo, distraen la atención del ciudadano a lo accesorio – las formas – y no le permiten centrarse críticamente en el fondo de las cuestiones.

No, en España el Parlamento nacional o el de las  comunidades, como  en las diputaciones  o los Ayuntamientos, se nutren de una algarabía excluyente, provocada por quienes no tienen la palabra; en donde lo que cuenta es acallar de voz de quien la tiene y proferir frases agresivas y desconcertantes, como si de un circo romano se tratase; sin que lamentablemente ningún partido haga un esfuerzo serio por corregir esta situación tan bochornosa y que tan mala impresión produce a los ciudadanos cuando se retransmiten imágenes tan poco edificantes, como algunas de las que hemos sido testigos, en un pasado no todavía demasiado lejano.

Lamentablemente nuestros representantes su “tajo” no lo tienen en la resolución de esos servicios mínimos que enumera Punset; su cometido principal es impropio, porque se nutre de una serie de acciones y/o omisiones, tendente a consolidar – con razón o sin ella – las directrices del partido político al que pertenecen. Su cometido secundario, está mayoritariamente conformado en el ataque permanente a todo lo que dicen o hacen los opositores, aunque ellos hagan lo mismo en gobiernos autonómicos o en el de la nación (en modo pretérito).

Con este planteamiento recurrente solo en tercer lugar aplicarán sus esfuerzos a cuestiones que verdaderamente sean útiles para los ciudadanos. Poco tiempo y por tanto resultados exiguos. Debemos tener en cuenta además, que el gobierno entrante dedicará su actividad preferente a desmantelar todo aquello conformado por el gobierno predecesor – si es de otro partido político – como si con ello identificase de nuevo su territorio y lo marcase. Parece ser, que no hay nada que satisfaga tanto, como “poner cuchara” en guisos anteriores, pero no para “probar y sazonarlos”, sino con clara intención de desmantelarlos.

Con estas premisas poco se consigue y a la vista está el resultado. Los temas principales de bienestar social, deberían de dejar de ser simplemente temas de agenda  de los políticos,  tomando el rango de cuestiones de Estado y no del Estado.

N.B.- Punset publico este libro en 1.986.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Ciberespacio - Cibertiempo



Dice Franco Berardi en su libro “La fábrica de la infelicidad. Nuevas formas de trabajo y movimiento social”: “Durante algún tiempo la conquista del espacio exterior fue considerada la dirección de desarrollo de una nueva aventura de expansión capitalista. Después, por motivos difíciles de descifrar, esa dirección de desarrollo fue interrumpida, o al menos perdió impulso, y en la actualidad la dirección de expansión y desarrollo parece orientarse hacia la conquista del espacio interior, del mundo interior, el espacio de la mente, del alma: el espacio temporal.
La colonización del tiempo ha sido un objetivo fundamental del desarrollo del capitalismo durante la edad moderna: la mutación antropológica que el capitalismo ha producido en la mente humana y en la vida cotidiana ha sido sobre todo una transformación de la percepción del tiempo. Pero en la actualidad algo nuevo está sucediendo: el tiempo se ha convertido en el principal campo de batalla. Tiempo-mente, cibertiempo.
¿Qué quiere decir cibertiempo? Para responder a esta pregunta debemos, en primer lugar, regresar a la definición de ciberespacio, término éste cuyo uso se ha extendido en el lenguaje en éstos últimos diez años. El ciberespacio es la esfera de interacción de innumerables fuentes humanas y mecánicas de enunciación, la esfera de conexión entre mente y máquinas: esta esfera experimenta una expansión prácticamente ilimitada, puede crecer indefinidamente, porque es el punto de intersección del cuerpo orgánico con el cuerpo inorgánico de la máquina electrónica.
Pero el ciberespacio no es la única dimensión que emerge del desarrollo de esta conexión. Hay otro aspecto que debemos tener en cuenta, el cibertiempo.
El cibertiempo es la cara orgánica del proceso, el tiempo necesario para que el cerebro humano pueda elaborar la masa de datos informativos y de estímulos emocionales procedentes del ciberespacio...
Llamamos ciberespacio al universo global de las relaciones posibles en el seno de un espacio rizomático que conecta virtualmente cualquier terminal humano con cualquier otro terminal humano, a través de máquinas digitales. El ciberespacio es un rizoma neurotelemático, es decir, una red no jerárquica y no lineal, que enlaza mentes humanas y dispositivos electrónicos. Éste se caracteriza por una expansibilidad ilimitada. El cibertiempo, al contrario, no es ilimitadamente extensible, porque guarda relación con la intensidad de la experiencia que el organismo consciente dedica a elaborar informaciones que proceden del ciberespacio.
La intensidad de la emoción no ha disminuido, pero la realidad del objeto emocional queda suspendida. El organismo consciente, el cuerpo-mente individual no deja de sentir emociones cuando es reclamado por un ambiente virtual. Al contrario, los estímulos emotivos se intensifican y determinan reacciones cada vez más aceleradas. Pero el objeto emocional deja de ser reconocible, distinguible, pierde concreción. El objeto emocional no es ya otro ser vivo, sino un estímulo como tantos otros. Un estímulo que es elaborado rápidamente, cada vez más rápidamente.”

Conceptos, que al menos a mi me parecen “abstractos”, pero que cada vez son mas cotidianos, como cualquier otra emergente tecnología, causa asombro hasta que se torna cotidiana. Aunque lo verdaderamente inconsciente sería vivir al margen, o peor aún, de espaldas al futuro.

Solamente queda una incógnita, como es el cambio que representará en nuestras propias relaciones y en el intercambio, puesto que el espectro posible se ha ampliado considerablemente; antes el desarrollo de la comunicación, solo era posible mediante un conocimiento personal y/o inducido; pero ahora puede ser establecida en el marco incluso del desconocimiento personal y físico del comunicante, avance insospechado para propiciar la comunicación, pero lleno de reservas sobre el alcance final de este tipo contactos, en donde en muchas ocasiones, es nuestra propia imaginación, quien forja la de nuestro interlocutor/a.

La Red está llena de buenas intenciones, pero sin olvidar, que como en la sociedad real, también accede gente con intenciones no tan transparentes. Saber elegir el entorno es la cuestión, sin perder de vista que los parámetros para ello son muy  difusos.  

sábado, 8 de septiembre de 2012

Agenda Setting



Dice Raquel Rodríguez Díaz en su libro “La teoría de la Agencia-Setting”: “… la agenda-setting function, una de las teorías actuales más representativas de los medios de comunicación. En ella se estudia cómo los medios ejercen influencia en las audiencias mediante los temas considerados de mayor relevancia. El medio no decide por el público qué es lo que éste tiene que pensar u opinar sobre un hecho aunque sí decida cuáles son las cuestiones que van a estar en el candelero o en la opinión pública. A este conjunto de contenidos se le denominará: la agenda.
Desde el punto de vista de la Teoría de la agenda-setting, el término agenda se acuña en un sentido metafórico para expresar cómo las agendas o temas considerados relevantes por los medios pasan a ser subrayados también en las agendas de la audiencia. Las personas no sólo reciben información a través de los medios sobre determinados temas o asuntos que ocurren en el mundo y son considerados prioritarios, sino que también aprenden de ellos la importancia y el énfasis que les deben dar.

Es decir, unos tutores con vocación paternal, que escogen aquellos asuntos de los que debemos estar informados y aíslan los que no. Conforman nuestra propia opinión y subliminalmente la dirigen hacía la convergencia con sus propios intereses. Somos mediatizados de tal modo que ni siquiera podemos identificar esta seudo dirección áulica, como ejecutora - con éxito -, de nuestros propios deseos de conocer asuntos y sobre los que estar informados.

El instrumento es mucho más sibilino. Con una aplicación interesada, nuestro medio habitual de información, nos planifica nuestras propias necesidades y nos oculta veladamente restándoles importancia relativa, los asuntos, que consideran no deseados. Nos están hurtando la capacidad de discernir nuestro propio interés informativo y se han erigido en expertos resumidotes de la realidad que nos circunda, al servicio del sus preferencias casuales o intencionadas; conociendo de antemano, que nuestra ancestral falta de tiempo, es un excelente aliado para propiciar esta práctica y por tanto, además, estaremos  enteramente satisfechos con este servicio.

Tendría un gran interés, si pudiéramos tener seguridad de que la selección para noticias “visibles” es neutral y objetiva y que por tanto – simultáneamente -, las que se tornan “opacas”, lo son – solo - en aras a su escaso o nulo interés. Pero dados los altos intereses espurios que gobiernan los medios de comunicación, debemos entender sin mucho riesgo a equivocarnos, que estamos siendo claramente manipulados. Nos informan de aquello que preferentemente favorece al grupo de poder al uso, modulando con ello la tendencia de nuestra opinión.

Podríamos pensar, que con obtener información de medios ideológicamente distantes, tendríamos en su punto medio la aproximación a la realidad, pero se añade una nueva complicación, nuestro entorno y los grupos a los que pertenecemos, que seguramente tienen el mismo origen informativo nuestro, ya han tomado postura inducida al respecto y nos condicionan de modo severo. Seguramente tendremos escasa capacidad para influir y/o exponer una posición discrepante, sin tener una fuerza opositora importante del entorno próximo. Esto es otra de las servidumbres que uno tiene que pagar, por la generación tan rápida de los temas y nuestra escasa capacidad para poder abarcar diferentes fuentes, para esclarecer con mayor aproximación la verdad de los contenidos.

Es fácil constatar, como la agenda de temas de un medio de comunicación, acaba también siendo la de sus audiencias y por tanto la demanda de mayor información de los seguidores, deviene de  modo impropio, en la que el medio “seguido” propone, una convergencia no natural claramente preocupante.


N.B. Agenda-Setting, teoría enunciada a principio los años 70 en Estados Unidos.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Going Public



Dice el Dr. Andreu Casero Ripollés, en su artículo publicado en la Revista Latina de Comunicación Social 64 (2009), con el título “El control político de la información periodística”, estableciendo cuatro mecanismos de control político de la información periodística : “La adopción de la lógica televisiva,  el primer mecanismo que los actores políticos emplean para controlar la información televisiva consiste en la asunción de las lógicas, los principios y los modos de proceder de los medios… se traduce en la construcción de acontecimientos artificiales dotados de sentido por parte de los partidos e instituciones políticas… la elaboración de eventos diseñados ad hoc, gracias a las técnicas de gestión o management de acontecimientos… en condiciones favorables para expresar sus puntos de vista y sus propuestas políticas y para ganar notoriedad entre la ciudadanía.
La política de alianzas entre actores políticos y mediáticos constituye el segundo mecanismo de control político de la información periodística…Dentro de éstas, destaca el establecimiento de acuerdos, más o menos estables y más o menos duraderos, para la promoción y defensa de ciertos intereses específicos sobre los que existe un alto grado de coincidencia… para gestionar, conjuntamente desde postulados análogos, la construcción mediática de la realidad política y moldear la formación de la opinión pública.
El tercer dispositivo: la tutela de la información electoral. Se trata de un fenómeno que concierne, casi exclusivamente, a los medios audiovisuales de titularidad pública… Generalmente, tienen que ver con el acceso al espacio informativo de las diversas fuerzas políticas y con la distribución de tiempo entre ellas.
Finalmente, el cuarto mecanismo viene aportado por el denominado Going Public (Kernell, 1997). Un término que podríamos traducir por la expresión “acudir al público” y que implica descabalgar la mediación periodística, especialmente aquella de naturaleza televisiva, apelando y dirigiéndose directamente a los ciudadanos para solicitar su apoyo activo.”

Que duda cabe, que las técnicas de planificación estratégica, han “invadido” el ámbito de la actividad política-electoral, junto con la aplicación de las mejores y más efectivas técnicas de Marketing, para propiciar una venta, tal cual es, un voto en las urnas. No pasa desapercibido por tanto, que el control de los medios de comunicación para este desarrollo práctico, es especialmente necesario; tener la posibilidad de encauzar la información-opinión de la TV hacia  roles favorables, tiene un alto interés.

No es solo necesario ejercer un control monopolístico de los medios, es incluso indispensable contar con el “favor” de periodistas – mejor relevantes -, que con su quehacer diario, propicien la elaboración de un estado de opinión, tan férreo como sea posible; aunque sea parcial y poco objetivo; no basado en hechos, sino en opiniones debidamente “tamizadas” y casi siempre parcialmente interesadas. La urdimbre debe de ser de tal calibre, que el telespectador, a fuerza de repeticiones machaconas, le cale profundamente y acabe pensando, que esa es la realidad y que además es la mejor de todos escenarios posibles.

Esta actividad, con acuerdos tácitos y verbales, mas que expresos, no esta ejercida solo, por el convencimiento intrínseco en lo que se intenta promover por parte de los periodistas, conlleva también una asunción mental, de las posibles prebendas a obtener – programas, presupuestos, subvenciones, autorizaciones… - que una vez instalados en el poder les facilitarán aquellos a los que apoyaron con tanto énfasis. Actuación clientelar a dos bandas, ya que las carencias de estas “ventajas”, podría hacer variar veleidosamente la posición y/o el discurso, tornándolos manifiestamente hostiles.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Espiral del Silencio



Dicen José Antonio Piqueras, Francesc A. Martínez, Antonio Laguna y Antonio Alaminos, en su libro “El secuestro de la democracia. Corrupción y dominación política en la España actual”: “La identidad facilita otra necesidad básica del individuo: la integración. De la misma manera la que politóloga alemana, E. Noelle Newman, construye su teoría sobre la Espiral del Silencio a partir del principio que los individuos asumen las opiniones mayoritarias para no quedar excluidos ni marginados, podemos entender la fuerza integradora que tienen los mecanismos de integración política. Así la identificación ideológica  izquierda-derecha “simplifica la complejidad política al proponer simples guías de evaluación y comportamiento políticos (que) permiten al elector formarse una opinión sobre temas sobre los cuales la información es costosa de obtener, facilitando así la decisión electoral”. De aquí la afirmación de que, cuanto más fuerte sea la identificación partidaria, más sólida será la posición electoral.”

A tenor de lo escrito, la dependencia que tenemos del grupo con el que nos relacionamos es muy fuerte, tal es así que condiciona nuestras opiniones, en la medida que nos interesa más estar de acuerdo con la postura mayoritaria, que disentir y notar como se nos distancia. Este planteamiento, esboza una autocensura casi permanente, para evitar que nos identifiquen como discrepantes y a tratar de no ser críticos con las posiciones mayoritarias imperantes.

Doble juego, no mostrar desacuerdo en público, aunque estemos convencidos en privado y ocultación de nuestros puntos de vista sobre los temas, que se debaten, si entendemos que pueden ser contradictorios, con la opinión mayoritaria. Es indudable que el grupo confiere seguridad y también es cierto que somos esencialmente sociales, pero ¿a tan alto precio?; vale la pena tanta simulación para desenvolvernos “con seguridad” en los  ambientes cotidianos.

Lamentablemente, a nivel de intercambios de opinión individuales, tenemos mayor tendencia a la exclusión, que a la convergencia. Asumir un punto de posible razón en nuestro interlocutor, acabamos interpretándolo siempre como una pequeña derrota. Con la educación recibida, no hemos podido interiorizar, que los puntos de vista personales discrepantes, no tienen porque ser excluyentes; sino muy al contrario, son enriquecedores por su diversidad. Esto a nivel individual, pero al amparo del grupo, el efecto queda potenciado y la posibilidad de  rechazo es mucho mayor.

Esta tendencia a buscar ambientes monocordes, hace que seamos poco críticos con las acciones políticas puras y que nuestro nivel de disconformidad o satisfacción, no venga por el análisis objetivo de los hechos, sino que quede potenciada o acallada, por la coincidencia o no con la ideología que representan sus ejecutores.

Puestas las cosas así, remover estructuras se torna casi una misión imposible, porque nuestra postura, unido a unos medios de comunicación absolutamente “mediatizados” hacen casi inviable las alertas, que no pasarían desapercibidas a un razonamiento objetivo. Hagamos responsables a los políticos de turno por su gestión poco acertada, pero asumamos nuestra parte de “culpa” en la medida que somos los que les damos a llave para gestionar.
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